En setiembre tuvimos el curso de nueva vida en la ciudad de Takarazuka provincia de Hyogo y este mes realizamos el mismo curso en Koganei-Tokío.
Cada vez, son más los japoneses que encuentran el tesoro escondido. Es muy gratificante al terminar cada curso ver sus rostros de alegría de sentirse amados. El Señor realiza grandes obras en ellos y por su puesto en la vida de cada uno de los que formamos parte de la gran familia de las escuelas de Evangelización San Andrés.
Para el próximo año, nos han invitado llevar el curso a la provincia de Iwate, noreste de Japón. Y tendremos también los cursos de Emaús y Nueva Vida en Tokio.
Rosa Mercedes
