jueves, 17 de marzo de 2016

DIOS DESVIÓ EL TORNADO




Predicamos en Arkansas, USA, el Curso "Secreto de Pablo" y luego el retiro de "Siloé: un segundo encuentro con Jesús"
Todo era maravilloso con grandes testimonios de la Noche de Filipos.

Al día siguiente el Obispo celebraba la Misa de Clausura.
De repente  “El Serio” lo interrumpe. Hablan entre ellos.
Algo pasa.
Se acerca el director del centro de convenciones…
Hablan entre ellos.
Algo pasa.
El Obispo vuelve al ambón y nos dice…
“Las mujeres y los niños, se van atrás, a los baños…" -Silencio-
"Porque se acerca un tornado en esta dirección”

(En la foto se observa la sala de conferencias con los 600 participantes, atrás las dos salas de baños)

En 8 minutos el tornado llegaría exactamente al salón de convenciones que es muy frágil, porque es un techo que cubre medio campo de fútbol y no tiene paredes de construcciones, son simples lonas.. Totalmente desprotegido. Éramos más de 600 personas.
En calma, sin pánico entraron las mujeres y sus hijos a las dos salas de baños.
Todos los tornados comienzan en la atmósfera, luego bajan a tierra y es cuando crean desastres.

A unas 8 personas  nos tocó debajo de una escalera de metal, en un pequeño espacio.
Yo tenia miedo de que se cayera tan pesada escalera.
Preferimos salir  y entramos al baño, donde todavía había espacio.
El Obispo, como capitán del barco, fue el último en resguardarse, no sin antes hacer que todo el mundo estuviera protegido.
Éramos más de 250 personas apretadas como cigarros en la sala de baños.
Yo sabía de la furia de un meteoro como éste y tenía taquicardia…lejos de casa, tanta gente, mujeres y niños…
 Me vino la palabra de Jesús a Pablo cuando estaba en aquella tormenta en el mediterráneo:
No tengan miedo, ninguno se va a perder, excepto la nave (Hech 27,22).
Sentí que Dios me hacia la misma  promesa y que me avisaba que nadie sería tocado por este fenómeno.

Se sentía el fuerte aire, ráfagas de agua… 
Entonces comencé a motivar la alabanza, sabiendo que Dios está presente en la alabanza de su pueblo. 
Yo recitaba el salmo 23, del "Buen pastor" y los hacía repetir a todos cada uno de los versículos, cambiando  “aunque pase por valle tenebroso” por “aunque pase por tornados”

Proclamé la palabra de Rom  8,31 “Ante esto, ¿qué podemos decir? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?”
“Nada nos separará del amor de Dios… ni los tornados…”
Todo sirve para bien.

Yo trataba de fortalecer y animar, apoyado en la promesa que Dios me había hecho, pero por dentro, en verdad tenía mucho miedo.
Me temblaban las piernas.
La boca estaba seca.
Desfilaban por mi mente todos y cada uno de ustedes…la noticia que les llegaría.
Internet estaba sobrecargado, pero logré  avisar a Susy  lo que pasaba y le pedí que ella me diera las noticias….
El meteoro estaba bajando y estaba por tocar tierra a corta distancia.

Foto del Tornado como lo podíamos ver a corta distancia, 
pero siempre directo en nuestra dirección

Proclamamos el Señorío de Jesús… y  cantamos “Vive Jesús el Señor” de forma hermosa…

Y para sorpresa, antes de que tocara tierra cambió bruscamente de dirección…
Todos estábamos en silencio porque no sabíamos lo que pasaba…
Era un silencio de expectativa…
Teníamos esperanza, sí, pero al mismo tiempo constatar la fragilidad de la vida,
Lo inesperado de las situaciones adversas…

A los 20 minutos todo estaba en tensa calma… el tornado se había alejado de nuestro centro de convenciones…
Nada ni nadie había sido tocado.
Nos abrazamos, yo lloraba sin lagrimas…
Fue algo muy fuerte…
Especial…
Sentí la protección de Dios…
La taquicardia me duró más de 40 minutos.

Pepe Prado

NOTICIA DEL TORNADO: https://www.youtube.com/watch?v=CbZcrGaI-20