
La respuesta de los participantes fué muy positiva y estamos seguros que muchos regresaron a sus hogares dispuestos a comenzar a vivir una vida nueva. Gloria a Dios por su fidelidad!

Nuestro agradecimiento y admiración van para este grupo de hermanos y hermanas quienes se esforzaron lo máximo por ser fieles a la metodología de San Andrés a pesar de las no pocas dificultades causadas por fuerzas externas a ellos y quienes demostraron un deseo de evangelizar y una madurez que muy pocas veces se encuentran en este país.
Nuestro deseo es el seguir trabajando de alguna manera con ellos en el futuro.
Patricia y Michael Papenkordt